El calcio es crucial para el desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes fuertes, y también desempeña un papel vital en la función muscular, la transmisión nerviosa y la coagulación sanguínea.
La vitamina D3, por su parte, mejora significativamente la absorción del calcio en el intestino, contribuye a la salud del sistema inmunológico y ayuda a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la osteoporosis y la debilidad muscular.
Juntos, el calcio y la vitamina D3 no solo promueven una estructura ósea robusta y previenen fracturas, sino que también apoyan el bienestar general y la calidad de vida, especialmente en etapas de mayor demanda como la infancia, la adolescencia y la edad avanzada.
